Después de la mojada de ayer, hoy tocaba pasar un poco de frío. Nos dirigimos hacia Cáceres pasando por Casas de Don Antonio y su puente Romano, el paisaje de viñedos cambia radical por ganaderías de reses. En esta etapa me encuentro bien de fuerzas, mientras la pareja que me acompaña decide quedarse en Cáceres, yo decido seguir en solitario para recuperar tiempo, haciendo noche en Casar de Cáceres, pueblo muy tranquilo, aprovechando para descansar y salir temprano y ver el amanecer desde las dehesas.
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